Argentina, ¿Hasta cuando?
por Carlos Trevisi
El libro abunda en personajes de la historia reciente de una Argentina que el
mundo identifica. erróneamente, con Buenos Aires. Alude el autor a la presión
a la que se han visto sometidos los gobiernos elegidos democráticamente por unos
pocos íntimamente ligados a intereses económicos, que nunca prestaron atención a
la Argentina-Argentina: la del interior del país, la que pudo haber sido.
Conocedor de los entresijos de la política, fue testigo presencial de la caída
de varios presidentes constitucionales desde el mismo seno del Ejército, lo que
le permitió evaluar cuidadosamente las obligaciones con las que el poder
económico sometía a sus cúpulas, todas ellas de rampante mediocridad. Ácido
crítico de Juan Perón y de las dirigencias radicales, el autor asigna gran
responsabilidad al eje peronista-radical que se alternó en la presidencia del
país. Dignos de un capítulo aparte en la historia de la partidocracia, tanto
radicales como peronistas traicionaron permanentemente a sus bases que fueron
descreyendo de sus dirigentes, todos ellos aturdidos payasos sin objetivos
claros. Salva de tan severo juicio, sin embargo, a Arturo Frondizi, verdadero
estadista y, por eso, terrible riesgo para radicales, peronistas y para los
pocos que ejercían el poder económico. Le bastó a Frondizi un plan que concretó
en apenas cuatro años con las únicas armas del desarrollo económico y la
integración social. Al cabo de ese tiempo, peronistas, radicales, sindicalistas
y oligarquía empujaron a los militares, sus socios, para que lo derrocaran.
Comienza entonces el comienzo del fin de la Argentina. Se suceden militares en
el poder hasta que Juan Perón gana unas elecciones que lo hacen presidente .
La caída de la mujer de Perón, que lo sucedió a su muerte en su carácter de
vicepresidenta de la nación, desató un caos del que profitaron las fuerzas
económicas empujando a los militares, con Videla a la cabeza, a llevar a cabo un
golpe de estado que conllevó circunstancias devastadoras para la Argentina. La
Guerra de Malvinas, los desaparecidos y posteriormente el gobierno de un
hedonista sin remedio, Carlos Menem, y de un torpe irremediable como de la Rúa,
precipitaron al vacío a un país que hacia la década del sesenta se presentaba al
mundo como modelo de crecimiento económico y cultural.
Se completa el libro con una serie de entrevistas realizadas en sucesivas radioemisoras a destacadas personalidades de la cotidianidad argentina, esa gente por la que se desliza el día a día, que ve cómo de a poco los sinvergüenzas de turno van acabando con la riqueza que anida en el país.